Limites


Poner límites claros, firmes y de forma respetuosa
Si un límite es trasgredido repetidamente es posible que sea un mal límite. DOLTO. 

Limites claros para mantener el ambiente relajado y permanentes mientras tengan sentido (no variables en función del estado  de ánimo del adulto) y de forma respetuosa, sin recriminaciones ni malas caras. No dar largas esplicaciones de por que se pone el límite.

 El límite es siempre doloroso y  el adulto suele invalidar los sentimientos del niño con esplicaciones. No enfadarse con un niño por lo que ha hecho, ni regañarle. No dejar al niño solo en el momento de poner el límite. Los límites son firmes y no desaparecen con pataletas ni lloros.  

Para los niños las reglas claras son aquellas en las que el adulto afirma claramente que él se hace responsable personalmente de que se cumplan. Para poner un límite de forma respetuosa hay que esforzarse por detener lo que estemos haciendo, sacudir la pereza, acercarnos al otro hasta que note nuestra presencia, establecer contacto visual o corporal y sólo entonces pronunciar el límite. REBECA WILD. 

Todo "comportamiento con un objetivo" que se produce a partir del deseo de obtener resultados definidos de una persona, tiene efectos demoledores a corto o largo plazo ya que no respeta los auténticos procesos vitales.

Los limites son importantes para que uno mismo pueda orientarse y de este modo disfrutar de una atmósfera distendida pero en si mismos no son "instructivos". Lo mismo se aplica a las consecuencias de si no se aplican estos limites. (Rebeca Wild)

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